domingo, 9 de marzo de 2008

A VOS ME UNE EL MEDITERRÁNEO

Ese tranquilo techo donde andan las palomas
palpita entre los pinos y las tumbas;
el justo mediodía compone aquí sus fuegos,
¡el mar, el mar, resurrecto perenne!
¡OH recompensa, después de un pensamiento,
contemplar la calma de los dioses!
De un poema de Paul Valery.




Conocí tu alma cuando te vi
sentada en los balcones del mar,
absorta en su silencio perfecto
envolvías en tu pecho el mundo.

Yo te amé como un cisne blanco,
tú eras el Mediterráneo
y sus orillas eran tu piel,
suave, eterna, blanca como el alba.

Como me duele mirar el mar
y ver en él la curva perfecta de tu amor.
Quiero recordar la luna durmiendo
sobre el aroma de tu vientre.

Caen mis lágrimas como lluvia,
perdidas en el azul gritan tu nombre,
errantes en la añoranza de tus crepúsculos
dibujan en la tarde los sonidos de tu corazón.

De pronto el viento te aleja.
José Fuentes

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